Ya hemos comenzado con nuestra lectura anual de este año, una historia que todos los niños y niñas conocen, pero hemos elegido una adaptación llena de sorpresas, con personajes desconocidos que harán que estemos atentos en todo momento y disfrutemos de sus aventuras.
Antes de empezar a leer el cuento, nos detuvimos en una parte del libro dónde nos describía a los personajes que en él aparecen y que llevaba por título: Pinocho, sus amigos y enemigos. Sin leer las descripciones jugamos a adivinar quiénes podían ser cada uno, justificándolo de manera adecuada y la verdad es que acertamos casi todos. Cuando nos dispusimos a leer, nos dimos cuenta de que no sabíamos exactamente lo que significaban algunas palabras, pero las sacamos por contexto, así que entendimos palabras como bribón, granuja, temible, ebanista, estafador, desagradable, astuto, amable, holgazán, maleante...sin necesidad de buscarlas en el diccionario.
Una vez metidos ya en la historia, lo que más nos llamó la atención fue que cuando Gepetto hizo a la marioneta pinocho, ésta le dio una patada y se escapó, después de todo el cariño y dedicación que el pobre Gepetto había puesto en ella. Un policía consiguió detenerlo y Gepetto dijo que se merecía un tirón de oreja. Pero toda la gente que observaba el altercado se quejaba de que Gepetto no trataba bien a Pinocho, así que para colmo, el policía se llevó a Gepetto a la cárcel. Estuvimos hablando de si fue adecuado el comportamiento de pinocho y de si era justo que Gepetto fuera a la cárcel. Esto dió pie a que nos planteáramos en qué casos era justo que algunas personas fueran a la cárcel y esto fue lo que nuestros niños y niñas contestaron
María: Los que roban.
Rafael: Los que matan alquien.
Javier: Los que destrozan casas.
Manuel: Los que secuestran a otros.
José Luis: Los que provocan incendios.
Seño Carmen: Yo opino que también a los que maltratan a otras personas.
Javier: Ah! Y también a los que nos quieren quitar nuestros derechos (es que por la mañana estuvimos hablando de los motivos de la huelga, je je)
También estuvimos jugando a ser ebanista como pinocho, elegíamos a un compañero que sería nuestro trozo de madera y lo tallábamos con la forma que queríamos y después los demás tenían que adivinar lo que queríamos representar, un juego con el que nos reímos un montón.
Pero ¿Qué pasará con el pobre Gepetto? Lo veremos en el próximo capítulo de: "Las aventuras de pinocho"
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