Preciosa y divertida experiencia que tuvimos el placer de vivir con esta tierna historia. Nos sorprendió la visita de una simpática ladronzuela de palabras, ella salía cada noche a atrapar por los tejados palabras picantes, verdes, saltarinas invisibles o dulces que luego en casa metía en tarros de cristal.
Nos ha contado que, una vez, conoció a un chico que... la dejó sin palabras.
Nos ha pedido que le ayudemos porque necesita encontrar palabras de amor, palabras bonitas de esas de quererse mucho para poder regalárselas. Nos ha enseñado su tarro de palabras de cariño y está vacío.
Todos los niños y niñas de 3, 4 y 5 años hemos escrito palabras para ella y después hemos ido a llenar su tarro. Hemos pensado muchísimas: corazón, linda, mi vida, galletita, tesoro, te quiero, amor, beso, abrazo, dulzura, cariño mío...¡La ladrona se ha marchado muy contenta!
Hemos dejado el tarro en la biblioteca por si algún día le pasa lo mismo, nos pueda volver a visitar.
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