Los buen@s científic@s no se cansan de investigar y hoy hemos dado un pasito más en este mundo tan complejo y a la vez tan fascinante como es la ciencia. Recordando el experimento anterior hemos descubierto que los imanes ejercen una fuerza a su alrededor, una fuerza que no podemos ver ni tocar, pero sabemos que está ahí por cómo son atraídos otros materiales, es más, hemos demontado una brújula y utilizando la aguja colgando de un hilo y aproximándola al imán, hemos visto la dirección que siguen esas líneas de fuerza que salen por el polo norte del imán y entran por el polo sur del mismo, dando la vuelta a todo el imán, hemos aprendido que a esa fuerza se le llama campo magnético.
En el experimento de hoy hemos visto cómo un material metálico que no es atraído por un imán, como es el aluminio es capaz de moverse por la acción del campo magnético de dicho imán. Para ello hemos utilizado un imán atado a una cuerda y un recipiente de aluminio de los de los flanes. Hemos girado el imán sobre sí mismo, enrollándose así la cuerda y lo hemos colocado dentro del recipiente pero sin rozarlo. Al girar el imán rápido, estamos creando un campo magnético dentro de las paredes del recipiente, por eso éste, aunque en un primer momento no se sentía atraído por el imán cuando estaba parado, ahora se mueve: porque la fuerza invisible lo está empujando. ¡Increible pero cierto! Os animo a que lo repitáis en casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario