El pinocho de nuestro cuento más que mentiroso es bastante ingenuo y confiado, se deja engañar fácilmente y cree al zorro y al gato cuando le dicen que enterrando sus tres monedas de oro y esperando veinte minutos conseguirá que crezca un árbol lleno de dinero el prado de los milagros. Las seño Leo y Carmen hemos sido un poco "pillinas" y hemos tenido a nuestros niños y niñas todo el día engañados, por la mañana les dijimos que teníamos una mala noticia y es que en el cole querían hacer un comedor y habían realizado un sorteo y se construiría en las clases de 5 años, con lo cuál tendríamos que buscar otro lugar dónde instalarnos. Algunos y algunas no daban crédito, estaban indignados y rápidamente intentaron buscar soluciones, la mayoría coincidían en que yo fuera a hablar con el director y les expusiera sus argumentos a ver si lo convencíamos: Llevamos mucho tiempo allí juntos, habíamos construido un rincón que nos había costado mucho trabajo, teníamos en las paredes documentos que habíamos construido entre todos... Fue un alivio cuando les contamos que todo había sido una broma y que no debían dejarse engañar tan fácilmente. Ahora nos tocaba el turno a nosotros y, junto con los niños y niñas de la seño Leo, decidimos gastarle una broma al maestro Enrique, la idea se les ocurrió a José Luis y Gonzalo, les dirían al maestro Enrique que un policía lo buscaba porque había dejado aparcado su coche en un vado, mientras todos y todas estábamos escondidos y cuando el maestro apareció....¡INOCENTE, INOCENTE!
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