Una vez más pinocho se deja engañar por su amigo polilla para hacer novillos y pasar un día en el país de los juegos, un lugar donde estabas todo el día jugando, sin adultos, sin normas, comiendo todas las chucherías que te daba la gana. Pero pronto se acabó la diversión y polilla se convirtió en burro por preferir este sitio en lugar del cole y a pinocho le salieron las orejas de burro y la cola y fue vendido a un circo, pero por suerte pudo escapar y regresar en busca de su padre y del hada azul. Una nueva lección aprendida por pinocho y por todos y cada uno de nosotros. Reflexionamos sobre la actitud de pinocho, sobre la presencia o no de adultos para poder pasártelo bien y sobre esa diferenciación tan clara que se establece entre trabajo y juego, aprender y diversión.
Después propusimos que nos inventáramos un país de los juegos diferente, cada equipo de nuestra clase se inventaría un juegos con un material inusual, los materiales propuestos fueron: una cuerdas, un rollo de papel higiénico, una caja de cartón, pinzas de la ropa, una botella de plástico, una escoba, folios y una piedra de corcho. La consigna era que fuera un juego totalmente novedoso en el que se pudiera jugar en equipo. Todos los juegos resultaron ser muy divertidos y hasta les pusimos un nombre.
1. Los payasos: La escoba loca.
2. Los globos: El pone pinzas.
3. Las volteretas: Giro- Paro- Mareo.
4. Las canciones: La botella que algunas veces se cae
Si queréis aprender estos juegos nuevos, pasaros por nuestra clase, hemos pensado en patentarlos.
EL PAÍS DE LOS JUEGOS on PhotoPeach
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