jueves, 10 de noviembre de 2011

FLOTANDO EN EL AIRE

En la nueva entrega de las aventuras de Ana y Andrés del pasado miércoles, continuamos siguiendo la pista del hombre misterioso que se llevó a la muñeca Babette y el hada azul les dió una buena idea, los condujo a casa de la abuela araña, la cual les tejió un globo para poder perseguirlo. Esto nos dio pie para jugar con un globo de helio, identificando qué elementos podría elevar y cuáles, para ello comenzamos con la propia seño Carmen, pero no valía porque eran dos en uno (hay que contar con Isabel), después la seño Leo, después Manuel que tenía sólo 4 años y pesaba menos, a continuación probamos con Ruth, una niña de 3 años y ya no había personas más pequeñas (de edad, se referían ellos). Entonces empezamos a probar más cosas, teníendo en cuenta que teníamos que pensar en cosas que pesaran poco, así que probamos con una fruta de plástico y no resultó. José Luis comentó que podíamos probar con la mariquita Juanita, que era de peluche, lo más parecido al trapo de los muñecos Ana y Andrés y tampoco. Un bolígrafo fue la siguiente opción y nada. Por último, Inés propuso un número pequeño de madera de los del calendario y, ¡Por fin lo conseguimos!.

Esta mañana hemos seguido investigando y hemos pensado en otros objetos que el globo pudiera elevar y pusimos una chincheta, una pinza de madera super pequeña y uno de nuestros nombres de plástico de la asamblea. Pero había un concepto erróneo, pensaban que los objetos pesaban poco porque eran pequeños. De esta manera estuvimos buscando objetos del mismo tamaño, unos que el globo pudiera elevar y otros que no para demostrar que esta cuestión sólo dependía del peso de las cosas y no del tamaño. Así encontramos que el sacapuntas, la goma y una pila no podían elevarse y la chincheta, una tiza pequeña y una letra magnética si podían y ¡Todas eran del mismo tamaño!.

Además, Nati se dió cuenta de que el globo se elevaba sin colgarle nada, unos dijeron que era porque el cordel que estaba amarrado no pesaba apenas nada y José Luis nos dijo que su madre le había dicho que tenía un aire diferente. Efectivamente, inflamos un globo con aire de nuestros pulmones y no se elevaba, porque para ello es necesario un gas especial que se llama Helio. ¡Gran descubrimiento! Y a seguir investigando en casa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario